Preparando el primer cumpleaños

Siempre me ha gustado organizar fiestas, cocinar e invitar gente a mi casa, sin embargo ahora que Cristina Eugenia cumplió su primer año y que estaba muy emocionada preparándoselo me topé con varios retos que me hicieron pensar que hacer una fiesta para adultos es mucho más sencillo.

1. LA COMIDA: En una fiesta para adultos lo que más me preocupaba es la cerveza, los vinos o los lícores que iba a ofrecer. Es más, entre amigos muchas veces es muy sencillo uno poner la comida y que los demás traigan lo que van a beber. Bueno, pues cuando ese trata de una fiesta con pequeños huracanes que no pasan lo 16 meses, hay qué pensar qué se les va a ofrecer a los bebés y qué a sus papás.

Yo opté por comprar para los niños galletas y snacks hechos especialmente para bebés de la marca Gerber (hay muchas mamás que son muy especiales con la comida y no les dan nada que no sea exclusivamente para bebés). Decidí que precisamente fuera todo seco para no tener problema con manchas de otro tipo.

Para los adultos elaboré yo misma (con un día de anticipación) unas brochetas de albóndigas al chipotle, con salsas de yogurt con albahaca y yogurt con chipotle. También preparé un guacamole con chips y de tomar limonada de fresa y agua de pepino y menta, 100% naturales.

De postre compré unos mini cupcakes, y otros más grandes en Buttercream de Coral Gables. ¡Fueron todo un éxito!

¡Tarde de cupcakes!

Como me imaginé que los adultos estarían persiguiendo a los bebés que ya caminan, decidí que toda la comida fuera “finger food” para que fuera más sencillo.

2. EL LUGAR: Claro, cuando se hace una fiesta para adultos al aire libre y hace mucho calor, frío o a la mera hora llueve, los adultos se adaptan mucho mejor… pero con bebés, la cosa se complica. Por ser septiembre decidí no arriesgarme a calor y lluvia e hice el evento, al cual invité a 9 bebés en mi casa, para tener refrigeración.

Sólo salimos unos 20 minutos al jardín a romper la piñata, y después de ver el calor que hacía y los mosquitos que había, me alegré de haber tomado la decisión de no arriesgarme en exteriores.

3. LOS INVITADOS: Esto es una de las cosas más complicadas, pues en una fiesta de adultos es más sencillo calcular el número de personas que va a asistir, pero con niños hay que considerar que hay mamás que no tienen con quién dejar a los hermanitos, así es que irán con todos, o que quizás ambos padres desean estar en la fiesta. Muchas veces un niño vale por 4 ó 5 cabezas. Al no tener esto en cuenta yo tuve que darme dos vueltas a la tienda para comprar más bolsitas de dulces.

4. LA LOGISTICA: En mis tiempos de “no mamá” el ir y venir, hacer, cocinar, preparar era un asunto mucho más sencillo de lo que es hoy. Ahora, con una niña de 1 año, si estoy cocinando o preparando algo más, tengo que tener en considerción de que tengo a mi cuidado una pequeña a la que hay que perseguir todo el tiempo. Así es que algo que era relativamente sencillo, hoy puede tomar el doble de tiempo.

5. LAS ACTIVIDADES: ¿Cómo mantener entretenidos a unos bebecitos y a sus mamás? Yo decidí quitar la mesa de centro en la sala y dejar ese espacio abierto para que los niños jugarán, así como dejarles juguetes de Cristina para que se entretuvieran, pero el tener la piñata en otro ambiente, como lo es el jardín, ayudó a cortar la tarde en dos y que se sintiera más ágil. Sí, hacía un calor tremendo, pero siendo sólo 30 minutos fue algo tolerable.

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Ana Cristina Enríquez

Periodista, productora, blogger.

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