Tenemos prácticamente una semana, de las que pasaremos en el Viejo Continente, en España, y siento que han pasado mil cosas. Son apenas 7 días y yo ya tengo muchísimo material que me encantaría incluir en este blog.
Revisándolo, me dí cuenta que el miércoles 10 de julio, que pasamos Cristina, Manuel y yo en Barcelona, ciudad a la que llegamos primero desde Nueva York antes de instalarnos en Navarra, fue uno de los días que fluyen mágicamente y de los que queda constancia fotográfica para probarlo.
Viajar con niños no es fácil, mucho menos si te estás quedando en un hotel y no tienes muchas de las cosas que se han convertido en necesidades a la mano. Sin embargo, viajar con Cristina no nos asusta, y aunque resulta a veces extenuante es una experiencia que optamos por vivirla siempre que se nos presenta la oportunidad.
En una librería- juguetería frente a un hotel que nos quedamos estuvimos viendo libros para niños, juguetes y rompecabezas.Probando la libertad que no tiene en otras ciudades, al ser más peligrosas por tener pasos peatonales menos amigables, Cristina bailó en las calles de Barcelona.Pasamos las dos solas, mientras Papi trabajaba, una mañana muy divertida.Cristina estaba bastante intrigada con los niños dios.Se quedó un largo rato admirándolos.Hasta que llegó el momento de sentarnos en un portal y abrir una de las vacas que escogió para que le comprara en la juguetería.Pasamos una buena parte de la mañana sentadas en el portal y viendo a la gente pasar, mientras Cristina jugaba con su vaca.Cuando llegó Papi, aprovechamos para ir a visitar la Catedral de Barcelona.Una de las cúpulas de esta majestuosa Catedral, que fue construída del Siglo 13 al 15.En la tarde fuimos con Mayra, amiga mía mexicana y ex compañera periodista, y su hijo, Mikel, a conocer la Rambla del Poblenou.Mayra y Mikel nos mostraron la Barcelona en donde vive la gente local, gracias a ellos pudimos ver cómo se vive fuera del área turística (Cristina ya se había dormido su siesta tardía para este momento).No podíamos irnos sin probar la orxata y los gelats.Y aprovechamos también para cenar en Poblenou.Tanto Cristina como yo somos unas antojadas de lo peor. Yo aquí saboreando mi deliciosa brocheta.
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Hermosas! qué padrísimo que viste a Mayra!