
Hoy es uno de esos días en los que el pelo de Cristina amaneció simplemente perfecto.
Sábado en la mañana, día de descanso, Papi acaba de llegar de un viaje de negocios que lo llevó a París, Cristina se despierta y ve el “dressy” nuevo que inmediatamente se quiere poner, sin quitarse la camiseta ni los crocs que ya llevaba puestos.
Papi se equivocó y en lugar de talla 4 trajó una 2, pero no importa, el vestido le quedá hermosísimo, y como muy seguramente lo usará sólo unas cuantas veces había que dejarlo grabado para la posteridad.
Como estamos con el tema de las hadas, corrí a buscar las alas blancas que tanto le gustan para poder hacer mi espontánea sesión fotográfica. Una idea que a Cristina no le gustó tanto pues casi inmediatamente se las quitó.
Y así es como, sin planearlo, obtuve estas hermosas fotografías, que sin flash, sin luz artificial y sin filtro de ningún tipo tomé, sólo con la ayuda de mi Canon Rebel EOS XS, al hada de mis sueños, que en lugar de en un bosque vive entre palmeras.
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¡Simplemente preciosa! Como sacada de un cuentito…
Quiero pedirle un deseo a esa hada!
Ahorita está al 2X1 😉