Normalmente no uso leggings, mas que mis Lululemon para hacer ejercicio, que por su calidad y soporte son mis preferidos. Sin embargo, viviendo en Miami, específicamente en Key Biscayne, a unos pasos de la playa, el código de vestimenta es mucho más relajado, y no es raro ver a la gente en shorts, ropa deportiva o cómodos caftanes durante sus actividades diarias en la isla.
Y bueno, ahora con este embarazo, en el que mi ropa me dejó de quedar muy rápido descubrí que los leggings, de maternidad o no, son una excelente pieza que puedo usar tanto para ir a mis clases de baile con zapatillas deportivas o como una pieza clave con zapatos más estilizados (como puedes ver en este post).
He comprado los básicos de maternidad, en negro y gris, con una enorme banda elástica que sostiene mi panza; tengo otros con un estampado galáctico, a los cuales les mandé coser una banda para más comodidad; y éstos de la marca brasileña Cándida Mariá que me tienen enloquecida no sólo por su hermoso estampado, sino porque son infinitamente cómodos (los Lululemon, que tienen un material que aprieta muchísimo más y en estos momentos no los aguanto). La textura del los Cándida Mariá es exquisita y la calidad se ve a primera vista, por eso no resultan necesariamente una prenda barata ($65 en adelante).
Sin embargo, como podrán ver en estas fotos, yo estoy muy feliz con mi compra.
Agradezco en este post en especial a Taty Herrera, que gracias a su estudio de color descubrí que el gris es mi mejor amigo; a la hermosa luz de Miami, pues ninguna iluminación artificial podría igualarla y a TRESemmé, que el pasado Fashion Week en Nueva York me regaló un aparatito llamado Snap Remote, con el que yo sola pude sacar estas fotos con mi iPhone.
Leggings: Cándida Mariá / T-Shirt: A Pea in the Pod / Chaleco: Adrienne Vittadini / Sandalias: Papanatas / Maquillaje: Urban Decay y Mary Kay / Uñas: Mary Kay





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[…] que he acertado, y otras en las que simplemente no doy en el clavo, sin embargo, he aprendido que los leggings rara vez […]